Celebrar objetos por su diseño y calidad es algo muy común de ver, reflejado en grandes obras de arquitectura urbana.
En nuestro país, en el año 2005 recibimos el premio al mejor aeropuerto sudamericano (Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini). Una clara muestra de cómo la conjugación de acero inoxidable, carpintería metálica y la producción tecnológica local, nos regalan esta estructura de 58.400 metros cuadrados actuales e integrarán en una única terminal las tres terminales existentes.

La sucesión de caños, chapa, distintos perfiles de acero inoxidable y otros tantos materiales han sido la base de ésta y otras tantas obras estructurales.

Prueba de ello, encontramos el estadio Mary Terán de Weiss, en Buenos Aires, inaugurado en 2006 y reestructurado para techarlo con motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos de la Juventud, en 2018.

La enorme estructura metálica que forma su techo está montada sobre dos arcos paralelos, es retráctil y motorizada sobre la parte central del lugar. Cubre el enorme estadio con capacidad máxima para 15.000 personas, que además es el estadio de tenis más grande de Sudamérica.

O el Estadio Único de La Plata donde sus elementos principales son los enormes mástiles metálicos, suspendidos de una red triangulada de tensores y cable de acero inoxidable. Estos están cubiertos por una membrana de fibra de vidrio y revestida en teflón. El anillo perimetral confirmado por la estructura de enormes tubos de acero inoxidable que soporta las cargas de la cubierta y los palcos.

Sin dudas la arquitectura en acero es la opción más conveniente a nivel mundial. No solo por su estética, sino por la perfecta inversión de materiales duraderos.