La emblemática rosa china como protagonista. Pero esta vez, en acero inoxidable Como parte de la cultura milenaria, en China las murallas siempre representaron su típica arquitectura tradicional. Por tal motivo, el Beijing Rose Museum llama la atención por su belleza, la estética del acero inoxidable y el paisaje. Está ubicado en un parque de 100 hectáreas que ha exhibido más de 2000 especies de rosas. Fue diseñado para atraer y no dejar pasar por alto por alto su impresionante vistas de los alrededores. Además desarrolla un bellísimo juego de luces y sombras que se proyecta a través de su diseño de enormes rosas en toda la delgada estructura de acero “desprendida” que recubre todo el edificio. Un emblema nacional La floricultura en general, y en especial las rosas, forman parte de la antigua cultura china. Es por esto que fue el motivo utilizado en la creación y desarrollo de esta obra basada en la intención de mostrar la historia y la cultura de las rosas en China, que también rememora la antigua muralla y conjuga tradición e innovación tanto en espacios internos como externos. Este material tan noble y duradero como lo es el acero, dio la forma a estos espacios abiertos que se abrazan y cierran alrededor del edificio, fusionando chapa y perfilería. Lo que, en gran medida, recuerda a los patios amurallados chinos tradicionales. Su fachada, de 300 metros por 17 de altura, está íntegramente realizada en inoxidable. Y envuelve como una piel esta sucesión de chapas perfectamente ensambladas y que conforman una geometría donde se desdibujan los límites entre el paisaje interior y el exterior. Por la noche, el museo se ilumina desde adentro para brindar una hermosa apariencia brillante que se puede disfrutar desde el otro lado del lago.
Nave en Ministro Pistarini
Celebrar objetos por su diseño y calidad es algo muy común de ver, reflejado en grandes obras de arquitectura urbana. En nuestro país, en el año 2005 recibimos el premio al mejor aeropuerto sudamericano (Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini). Una clara muestra de cómo la conjugación de acero inoxidable, carpintería metálica y la producción tecnológica local, nos regalan esta estructura de 58.400 metros cuadrados actuales e integrarán en una única terminal las tres terminales existentes. La sucesión de caños, chapa, distintos perfiles de acero inoxidable y otros tantos materiales han sido la base de ésta y otras tantas obras estructurales. Prueba de ello, encontramos el estadio Mary Terán de Weiss, en Buenos Aires, inaugurado en 2006 y reestructurado para techarlo con motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos de la Juventud, en 2018. La enorme estructura metálica que forma su techo está montada sobre dos arcos paralelos, es retráctil y motorizada sobre la parte central del lugar. Cubre el enorme estadio con capacidad máxima para 15.000 personas, que además es el estadio de tenis más grande de Sudamérica. O el Estadio Único de La Plata donde sus elementos principales son los enormes mástiles metálicos, suspendidos de una red triangulada de tensores y cable de acero inoxidable. Estos están cubiertos por una membrana de fibra de vidrio y revestida en teflón. El anillo perimetral confirmado por la estructura de enormes tubos de acero inoxidable que soporta las cargas de la cubierta y los palcos. Sin dudas la arquitectura en acero es la opción más conveniente a nivel mundial. No solo por su estética, sino por la perfecta inversión de materiales duraderos.